Cuando hablamos de unicidad nos referimos a la totalidad.
Nuestros ancestros nativos concebían la realidad sin límites, sin fronteras, sin separación.; la tierra no pertenecía a nadie, pero era no solo parte de todo, si no que era de todos; y todos y cada uno, la hacían parte de si mismo. La honraban.
La unicidad no concibe el tiempo porque el pasado ya no está, y el futuro se nos revela simplemente en el ahora, vigente, presente; único espacio en la presencia. Por eso el espacio se funde en el presente, cuando se da solo un paso a la vez, siempre hacia adelante. En avanzada.
La totalidad entonces comprende elementos vivos de la naturaleza: fuego aire tierra y agua que se oponen y a la vez se complementan, y se funden en una danza dinámica de la existencia q se conectan en los ciclos de la tierra por eso verano invierno primavera y otoño son parte de ese camino que inicia cada ser y se funde con la totalidad que es la conciencia pura.
La humanidad tiene un pasado nativo; ese sentir nativo está en el inconciente colectivo, enzarzado en lo más profundo de nuestro genoma que es nuestra escencia.
Nuestro condicionamiento cultural, de por si separador, no solo comprende lo material generando toda suerte de objetos manifiestos si no también objetos inanimados como constructos mentales e imaginarios que constituyen el conocimiento creencias patrones de conducta costumbres .en ello estamos introduciendo un factor de ansiedad a nuestra percepción de la realidad.