En días pasados del mes de mayo, tuvimos el agrado de compartir en fusión nativa con padres profesores y niños, de la escuela de lenguaje, las Amapolas. Disfrutando del bosque y jardines, lograron vincularse a sus propios ritmos vitales simples, en la naturaleza.
Así, se desplegaron actividades espontaneas con los niños, vinculándose padres e hijos entre si y con el entorno. Movilizaron su energía corporal y creadora para representar artísticamente, la naturaleza en un árbol; recreándose un sentido de armonía y belleza al concepto de unicidad, experiencia simple, y a la vez totalizante.